La Taquilla Dorada: Especial 2003

“And the Oscar goes to… ¿¿¿¿Chicago????”, no estuvimos en esa platea esa fatídica noche en que se mandó el criterio cinematográfico a tomar por culo, sin embargo nos podemos imaginar las caras de todo el mundo (y la de Renée Zellweger, su cara de persona, no sé si la recordáis), cuando le otorgaron el premio más prestigioso del mundo a una comedia musical de pocas luces. Debido a ese graso error, esta primera edición de “La Taquilla Dorada” no la dedicaremos a una película que mereció ganar, sinó que haremos un especial para una película que NO merecía ganar en absoluto. Os presentamos el especial de la gala de los Oscars de 2003, el año en que la academia perdió mi respeto.


Probablemente algunos recordaréis esa gala del año 2003 (sí, 2003, las películas que participan en cada gala son las del año anterior). Pues aunque “Chicago” no es una mala película, no deja de ser una película que no va más allá del entretenimiento para una tarde aburrida, por lo que ya resulta bastante insultante (o preocupante) que se tuviera en cuenta una película así, pero resulta ya un ultraje teniendo en cuenta las otras candidatas al Oscar de ese año. Teníamos por un lado la infravalorada “Gangs of New York” de Scorsese, la trascendente y reflexiva “Las horas”, de Stephen Daldry, la segunda entrega de la triología de Tolkien “El señor de los anillos: Las dos torres” y finalmente la glorificada y dura película de Polanski, “El pianista”.

Empecemos por la película de Scorsese. Bien es sabido que “Gangs of New York” no es de las mejores películas de Scorsese, sin embargo tiene muchos adeptos que afirman que está muy infravalorada y lamento comunicar que estoy entre ellos. Solamente con la acojonante actuación de DD Lewis y su personaje (para mí de los mejores existentes en el mundo cinematográfico, quién no conoce a “El Carnicero”) ya se merece un respeto, y si se tiene en cuenta su magnífica puesta en escena, su invitación a la reflexión, su complejidad enterrada entre tanta sangre… sin duda te das cuenta de que poner a una película como “Chicago” por encima es escupirle a la cara del cine. Y ese fue el menor error de esa noche.

Bien, sigamos con el ultraje nº2, “Las horas”. Me pone los pelos de punta que alguien sea capaz de poner cuatro bailes tontos a más nivel que una película de este calibre. Objetivamente no hay queja posible: tres actuaciones demoledoras, un guión complejo, duro y precioso a su manera, una dirección destacable y una de las mejores BSOs existentes. Personalmente me toca la fibra y me parece formidable y la ofensa de ponerla por debajo de “Chicago” es algo imperdonable. Pecado número 2.


Y como a la tercera nunca va la vencida, pues vamos a por otra película muy superior a la supuesta mejor del 2002 (aunque eso de por sí no es que sea un gran logro). “El señor de los anillos: Las dos torres” es una película que no estoy seguro de poder calificar objetivamente, poca gente puede. Cuando las aventuras de la tierra media han conquistado tu infancia poco se puede hacer, y quién no recuerda la batalla de los jinetes de Huargos, la del abismo de Helm, la competición de a ver quién mata más de Gimli y Legolas o de la revolución de los Ents en Isengard. Que Catherine Zeta-Jones baile lo que quiera que cualquiera de esas escenas se la come con salsa picante.

Y bueno, suerte que acabamos ya, que mis nervios están al borde del colapso, vamos a por el último error de esa noche, probablemente el más criticado: la infravaloración de “El pianista”. Para muchos esa película es la cumbre de Roman Polanski (y eso es decir, teniendo los peliculones que lleva ese en la espalda), por favor, Adrien Brody ya de por sí tiene una cara de infeliz que te dan ganas de darle un abrazo, que poco corazón no dar a su película el Oscar y más viendo como las pasa canutas con los nazis. Jodidos nacionalesocialistas de la academia.

Bueno, ya estamos por hoy, para aquellos que tenían la academia en un pedestal, ya veis que son unos gilipollas vendidos de mierda (con cariño lo digo). Así que hoy le damos la (Anti)Taquilla Dorada a “Chicago”, uno de los errores más bestias de los Oscars. Y ahora si me disculpáis me voy a pillar el rifle de caza de mi abuelo y a cometer una pequeña carnicería en Hollywood. Paz hermanos.