Sé perfectamente que lleváis todo el día esperando esto, así que aquí estoy para alegraros el día más depresivo del año (o "blue monday" para los más hipsters). Hoy toca hablar de un buen hombre (como siempre hacemos aquí). Ese buen hombre se llama Nicolas Winding Refn y tiene un problema, y es que a cierto tipo de gente ("haters" para los más hipsters) le ha dado por meterse profundamente con él y todos sus seguidores ("lovers" para los más hipsters). Nos llaman gafapastas y nos llaman modernillos ("hipsters" para los más hipsters). Y ahora hablemos de este chaval antes de que me déis un puñetazo en la boca por ser tan pesado con los hipsters. Hipsters.
Antes que nada me siento obligado a destacar un dato. Es nórdico. No solo nórdico, sino de Dinamarca. Y no solo de Dinamarca, sino de Copenhague. Sí señores, del mismísimo pesebre de Lars Von Trier. Hoy ni me molesto en decir que esta loco, creo que con su foto basta. El mismísimo año de mi nacimiento empezó en el mundillo del cine con "Pusher", un thriller nórdico. Destacando "nórdico". A partir de ahí hizo unas cuantas películas más hasta que llegó el año 2008, año en que creó "Bronson", una producción ya no nórdica, sino británica, con nada más ni nada menos que Tom Hardy (donde proporcionó la que yo considero la mejor actuación de toda su carrera) y ahí se ganó ya múltiples seguidores al igual que múltiples detractores. ¿Por qué? Porque es rara de cojones. Pero mola. Básicamente la gracia de este director reside en el magnetismo de sus películas, una combinación perfecta actuaciones-fotografía-BSO. Tengo que reconocer que realmente es increíble su forma de hacer las cosas. Esa película la calificaron algunos críticos como "la naranja mecánica del siglo XXI".
Después de eso solo le quedaba una película más y llegaría al estrellato. Ese filme se llama "Valhalla Rising" y es una de las películas más anticomerciales jamás filmadas. Increíblemente lenta, de planos largos (pero jodidamente preciosos), violencia salvaje y, como no, ese ultramagnetismo suyo. Después de esa última película (ultra-nórdica, debo añadir, que cojones, va de vikingos), finalmente creo lo que le haría famoso y le daría a conocer a todo cinéfilo que se supiera apreciar, "Drive", una de las películas mejor valoradas del año 2011. Y con razón. Porque señores, en opinión de un servidor, esa película es simple y llanamente, la polla. Y eso, me temo, que se debe únicamente al director, pues su guión, si bien es bueno y se aparta lo que puede de los clichés, es su jodida banda sonora, su jodida fotografía, su jodida y violenta belleza pone los pelos de punta. Después de esa joya, se le volvió a ver el pelo con "Solo Dios perdona", una película que aunque inicialmente parecía una nueva "Drive", al estrenarse pudimos ver que Refn había vuelto a sus anteriores andadas nórdicas y a sus planos infinitamente largos. Esta vez más lenta, más metafórica y más onírica si cabe. A mucha gente no le gustó nada. Pensó que era tediosa y aburrida hasta decir basta. A mi me gustó, no me enamoró, pero me gustó. Ese magnetismo seguía ahí, acompañado de una preciosa violencia y un buen simbolismo.
Ahora estamos esperando su nueva película de producción francesa (al igual que su anterior, "Solo Dios perdona") llamada "The neon demon", que se estrenará en 2016. El director dijo una frase que nos ha mantenido a todos en vela, y es que, palabras textuales, "se desarrollará en Miami y habrá mucho sexo". Claro que sí. De esa clase de directores hablamos en esta sección, bien lo sabéis. Han acusado a este buen hombre y a todos sus seguidores como gafapastas. Me la suda. Total, ¿quién lo dice? O bien son cuatro seguidores de Mark Wahlberg, o bien son cuatro hipsters de mierda. Iros a ver pelis de Tarkovsky anda. Bueno, y hasta aquí la sección de hoy, espero que hayáis disfrutado mi forma no-comercial de hablar de directores no-comerciales. Nos vemos la semana que viene con un nuevo loco de turno. Ah, por cierto, le chiflan las luces de neón.