Al otro lado de la cama: David Lynch

Cuanto me echábais de menos, a mí y a mis comentarios sin sentido y hasta preocupantes, esos que os hacían preguntaros si tengo vida social, si no seré un obeso de 40 años virgen que vive con su madre con demasiado tiempo libre y una papada digna de Alfred Hitchcock. Vale, hasta yo me preocupo después de esta pequeña introducción. Pero no, me temo que esa no es mi vida, quién sabe dentro de veinte años lo que me depara la vida, pero espero que sea algo más que un ordenador en mi habitación y una bolsa de chetos. No puedo parar, perdón otra vez. Al lío.

Sé que no ayuda que hable de directores no comerciales, pero mira que se le va a hacer. Después de este parón, volvemos con la sección en la que hablamos de esos directores que están para el arrastre, aquellos que no necesitan meterse cinco rayas de coca para inspirarse. Sino diez.

Bueno, hoy hablaremos del rey del surrealismo, David Lynch, ese hombre que es capaz de hacerte creer que estás en una pesadilla en medio de gente con cabezas de conejo o con un metrosexual haciendo playback para satisfacer a un matón inestable. A ver, seamos amables, no todo lo que hace este hombre tiene que implicar tramas oníricas y con un discutible sentido de lo que es una trama lineal o con sentido, también es capaz y ha hecho películas normales. De hecho sus películas normales son las más conocidas y veneradas. Los principales ejemplos de esto son "El hombre elefante" y "Una historia verdadera", dos dramas conmovedores basados en hechos reales, una de un tío deforme y la otra de un viejo y su tractor. No, si al final resultará que es un defensor de los débiles. Que bonito por tu parte, ¿no David?


Bueno, lo que decía, que este tío cuando se mete puede conseguir que te comas la cabeza hasta que lo mandes a la mierda y decidas no ver más películas de este gilipollas puesto con ácido. Pero bueno, seamos justos, yo solamente he visto tres de sus películas surrealistas, "Mulholland Drive", "Terciopelo azul" y "Cabeza borradora". Mi experiencia fue ver "Eraserhead" (Cabeza borradora, la digo en VO porque así parezco más culto), decir qué cojones es esto, darle un 5 y dedicarle una crítica a Lynch titulada "Lo siento Lynch, pero no eres mi tipo" y quedarme tan amplio. Como casi dos años más tarde me aventuré a ver "Mulholland Drive" y me encantó, me flipó la forma en la que estaba hecha, sus paranoias y sus absurdas escenas, y me flipó porque no había entendido una puta mierda y aun así me había gustado, y mucho. Entonces un par de meses más tarde vi su película surrealista más famosa, "Terciopelo azul", la cual me pareció interesante y con una atmósfera de verdadero desasosiego, pero no terminó de encandilarme. Y aquí estoy ahora, escribiendo un artículo de este pequeño y loco fruto de un condón roto y mentalizandome para ver "Inland Empire", la cual se dice que es su película más onírica e incomprensible (¿he dicho ya que dura tres horas?).

En definitiva, si eres una persona normal, mejor no te metas en este mundo, porque terminarás viendo "Begotten" (no busques imágenes por google), claro que si ya estás en el pozo como yo y otros millones de cinéfilos, no vendrá de mojarte un poco más y ver gilipolleces sin sentido bien rodadas. A ver, no necesariamente tiene que ser sin sentido, per qué quieres que te diga, no es que sus películas sean famosas por sus mensajes o por su trasfondo moral, pero quién sabe, igual te pones a ver una película suya y te das cuenta que no deja de ser una película, sencillamente que el sentido está escondido detrás de cincuenta cartoncitos de LSD. Sé que no he hablado muy bien del pobre Lynch, pero bueno, uno no se gana el pan hablando bien de la gente, ¿no?. En el fondo es buen chaval.