Crítica doble a Kingsman: Servicio Secreto: Republicanos, satánicos y princesas guarrillas




A - “Pero este no es ese tipo de películas”, una frase (repetida en la película) que lo resume todo. No esperes ver la típica trama de espionaje, de asociaciones extra-gubernamentales que salvan el mundo con un montón de acción gratuita, no amigo, no… “Kingsman” no es un remake de 007, esta película es la primera que me ha hecho creer que yo sería capaz de salvar el mundo (en realidad no, soy un héroe nato…) Estoy hablando de la facilidad que tiene esta película de involucrarte en algo secreto, secreto y muy gracioso. Porque si algo hace grandiosa a esta pieza no es solo su bestial acción sino también un humor entre absurdo, negro e inteligente que te hace carcajear sin parar durante escenas…

P - Porque esta película es anti-pretenciosa y bien conciente de lo que es. Desde el principio ya te deja claro que no pretende ser una obra maestra, que puede que su argumento no sea el mejor del año, que sus personajes puede que no sean los más únicos y que tengan una evolución realista. Y no le hace falta. Porque lo único que quiere es entretener, y una de las bazas que usa para conseguir ese fin (que lo consigue y con creces) es el de burlarse de ella misma constantemente. Entre líneas, se califica de parodia/homenaje, de un chiste de espías que no busca la seriedad, no busca complejos giros de guión. Busca, mediante un argumento de fórmula ligeramente distorsionado, alegrar el cine de espías, rejuvenecerlo y dejar flipado al público con ello. Sí, la verdad es que hacía tiempo que no disfrutaba tanto en el cine.


A - No te falta razón, verosímil no es, se puede observar en la coja con prótesis letales o que el villano de la película no pueda ver sangre. El villano de la película es, casi sin arriesgarme, el personaje más mítico de la película, sin duda con el que te vas a descojonar con cada palabra que diga, esto puede ser por dos razones: Por su acento de mongolo ceceando o por las pintas que lleva… No puedes tomarte enserio a un Samuel L. Jackson con pintas de rapero y acento sureño, es imposible no reírse cada vez que salía en escena… Sin duda unos personajes de lo más pintorescos e intentando, cada uno de ellos, ser épicos a su manera.

P - Ay, ay, ay, ese Samuel L. Jackson... te reconozco que es uno de los villanos más únicos y caricaturescos que he visto nunca. Porque eso es esta película, una caricatura. Pero eso no la hace ni mejor ni peor, solo la hace otro tipo de película. Una película que es capaz de sacarte carcajadas importantes, a veces con humor inteligente, otras con humor vulgar y absurdo, otras veces por tonterías que sencillamente hacen que te des cuenta que no te puedes tomar en serio lo que pasa, y eso debes hacer. Pues claro que los malos fallaran todos los tiros, pues claro que los personajes parecerá que hayan estado 400 años prácticando diversas artes marciales. Eso, sinceramente queridos, me importa un bledo. Porque cualquier escena de acción de esta película se folla (no os ofendáis por mi vocabulario soez, por favor) a la filmografía de Michael Bay entera.

A - No sé si cualquiera, pero, no me arriesgo nada al decir que en esta película está la escena más bestia, sádica, gore y de violencia gratuita más épica que he visto jamás… No me esperaba que fuera tan gráfica, pero es que no le encuentro fallos, como bien dices, su misión es entretener, y la cumple con creces. Este nuevo enfoque remasteriza la “old school” del espionaje, dándole un toque gentleman que ni Neil Patrick Harris (que ya es decir) puede igualar…


P - Cabrón, te me has adelantado... bueno, supongo que ambos podemos hablar de eso. Sí, ESO (Educación Secundaria Obligatoria). Esa escena, probablemente la mejor escena de acción que he visto en mi vida, una escena tan jodidamente bien hecha que da miedo. Y que flipa de una forma que no tiene nombre. Tres minutos de pura violencia, una de las escenas blasfemas más destacables (se han visto muchas blasfemias sucedidas en iglesias, pero esta masacre se lleva la palma). Entre esa y la escena de las cabezas (los que la hayáis visto ya lo entenderéis) son dos ejercicios audiovisuales que resultan a su sádica manera, jodidamente preciosos. Increíble la selección musical también (desde "Dire Straits" a "Lynyrd Skynyrd"). Bueno, pa' resumir, que por una vez, me alegro de decir que vale la pena pagar el cine para ver esta película (día del espectador, a poder ser), pura energia, puro humor y puro entretenimiento. Enhorabuena Vaughn, tu y tu macarrismo británico lo habéis vuelto a conseguir.